Consejos para proteger la piel en verano

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No tomar el sol entre las 12 y las 16 horas, utilizar un protector solar adecuado y volver a aplicarlo cada dos o tres horas minimizan los riesgos de cáncer de piel.

Con la llegada del verano, el sol se convierte en el protagonista de todas las actividades al aire libre. Tomar el sol 15 minutos al día puede tener beneficios importantes para la salud: favorece la producción de vitamina D, mejora el estado de ánimo y puede ayudar a regular algunos trastornos de la piel como la psoriasis o el acné.

La exposición excesiva y sin protección a los rayos ultravioleta (UV), en cambio, es el principal factor de riesgo del cáncer de piel, incluyendo el melanoma, una de las formas más agresivas. También acelera el envejecimiento cutáneo, provoca manchas y puede causar quemaduras dolorosas.

Por eso, es fundamental encontrar el equilibrio y disfrutar del sol con responsabilidad.

Ropa y sombrero, la mejor protección

El mejor protector solar es la ropa, si estamos expuestos al sol más de 20 minutos. Mejor si es de manga larga, de tejido espeso y de colores oscuros, porque ayudan a bloquear mejor la radiación. También es importante proteger la cabeza con una gorra o sombrero, a ser posible con visera ancha, y los ojos con unas gafas de sol homologadas.

Evitar el sol en las horas centrales del día.

La excesiva exposición al sol es uno de los factores de riesgo más importantes para el melanoma. No tomar el sol entre las 12 y las 16 horas y, en ningún caso, deberíamos estar expuestos más de veinte o 30 minutos.

Protector solar adecuado a cada tipo de piel

Veinte o 30 minutos antes de la exposición al sol es importante aplicar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar de al menos 30 SFP. Deben cubrirse todas las áreas expuestas de la piel, sin olvidar las orejas, el cuello ni los pies.

Por la capacidad de sintetizar la melanina, las pieles más morenas están más protegidas, pero igualmente necesitan protección solar.

Una vez no es suficiente

El protector solar debe volverse a aplicar cada dos o tres horas para que siga surtiendo efecto. Más a menudo, si se entra y se sale del agua, aunque la crema solar sea resistente al agua.

Hidratar la piel antes, durante y después de la exposición

Para hidratar bien la piel debe realizarse con cremas y una buena alimentación sana, moderada y variada. La dieta mediterránea es la alimentación idónea para la piel y para la salud en general.

Después de tomar el sol es importante ponerse crema hidratante en todo el cuerpo.

Vigilar las pecas y las manchas

Se recomienda hacer exploraciones en la piel y buscar nuevas pecas, manchas o cambios importantes una vez al mes: una llaga o granito que no cura, un lunar que crece y se hace negra o con varios colores o un lunar que sangra.

Es útil tomar fotografías periódicamente de las pecas que tenemos para disponer de una referencia visual y poder detectar cambios más fácilmente. Si algún lunar presenta asimetría, bordes irregulares, varios colores o ha aumentado de tamaño, debe consultarse con el dermatólogo.

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