Los hombres de más de 60 años, el colectivo con mayor riesgo de morir ahogado en la playa o en la piscina
- El 25 de julio es el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos
- Desde el 15 de junio se han ahogado en las playas y piscinas catalanas dieciséis personas, casi todos varones de más de 60 años.
- Los profesionales del Hospital Sant Joan de Déu Sant Boi, del Parc Sanitari SJD, recomiendan a la gente mayor bañarse siempre acompañado, no haber consumido alcohol ni haber comido demasiado y ser consciente de las propias limitaciones.
Cada año mueren ahogadas decenas de personas en Cataluña. Según los datos de Protección Civil, en lo que va de año, 30 personas han perdido la vida: 22 en la playa, cinco en la piscina y tres en pozas y pantanos de interior. La situación se ha agravado desde que empezó la temporada de verano. Desde el pasado 15 de junio, han muerto en playas y piscinas un total de dieciséis personas. Solo tres eran mujeres y solo siete no llegaban a los sesenta.
Los datos de Protección Civil recogidos en los últimos años evidencian que las personas de mayor riesgo son los hombres mayores de 60 años que, mayoritariamente, se ahogan en playas y piscinas vigiladas y con bandera verde.
El jefe de geriatría del Hospital Sant Joan de Déu San Boi, Sami Loutfi, señala qué factores deben tener en cuenta las personas mayores para prevenir un ahogamiento en la playa o la piscina:
1.- Alta sensibilidad al frío
A medida que uno se hace mayor se vuelve más sensible a los cambios de temperatura. “Es importante evitar que el impacto del agua nos provoque una bajada brusca de la temperatura del cuerpo”, recomienda el doctor, que añade que “si se ha realizado un esfuerzo físico, se ha pasado muchas horas al sol o se ha hecho una comida copiosa, es mejor no entrar en el agua y esperar a la sombra que la temperatura del cuerpo se normalice”.
Loutfi alerta de que “el fuerte contraste de temperatura puede desencadenar una sensación de mareo, inestabilidad, malestar o, incluso, de pérdida de conocimiento”.
2.- Deshidratación
La gente mayor tiene menos sensación de sed y, por eso, "es importante beber mucha agua y a menudo". En épocas de mucho calor o de exposición continua al sol, aún más. La deshidratación "es uno de los mayores problemas que nos encontramos porque puede provocar un golpe de calor", indica Loutfi.
3.- Medicación con efecto hipotensor o sedante
En el caso de los fármacos para bajar la presión arterial o en aquellos que tienen un efecto sedante, “es especialmente importante ir acompañado al agua”, avisa el doctor. "Si al consumo de un medicamento hipotensor le añadimos la menor tolerancia al frío, es fácil sufrir un episodio de hipotermia rápidamente".
4.- Disminución de la percepción del riesgo
A medida que pasan los años, sobre todo en aquellos casos de personas que no tienen ninguna enfermedad importante y aparentemente están fuertes, disminuye la percepción del riesgo. Para Loutfi, las personas mayores “no tienen una percepción real de la situación ni de la dificultad que representa”. Además, a menudo se suman alteraciones de la visión, la percepción del espacio y los sentidos.
5.- Problemas médicos: cardíacos y neurológicos
Existen dos condiciones médicas previas que influyen en la reacción del cuerpo al bañarse en la playa o en la piscina. El jefe de geriatría del Hospital SJD Sant Boi avisa de que "si una persona tiene problemas de corazón y se asusta, ya sea porque hay más olas de la cuenta o porque pierde el equilibrio, el corazón puede acelerarse y generar sensación de ahogo". Sami Loutfi indica, también, que “el enfermo neurológico, que tiene Parkinson, episodios epilépticos o algún trastorno cognitivo, sufre una alteración de los reflejos y de la postura que provoca problemas de equilibrio y alteración sensorial del entorno”.
Por todo ello, desde el servicio de geriatría del Hospital Sant Joan de Déu Sant Boi se recomienda:
- Bañarse siempre acompañados y, preferiblemente, en zonas con socorrista.
- Evitar banderas amarillas y rojas.
- No entrar mar adentro.
- Evitar las zonas de baño con piedras o alteración repentina del terreno.
- No entrar en el agua bruscamente, sobre todo si el agua está fría y se ha pasado mucho rato en el sol o si se ha hecho un esfuerzo físico intenso.
- No estar demasiado rato al sol, con 20 minutos al día es suficiente.
- Beber agua a menudo y no tomar bebidas alcohólicas.
- No hacer una gran comida. Comer poca cantidad y a menudo.



