La toma de decisiones compartidas empodera al paciente y aporta eficiencia al sistema

 en Investigación e Innovación
  • Es la principal conclusión de los investigadores de Sant Joan de Déu y el ICS, que añaden la necesidad de dotar de herramientas a los profesionales de la salud y a los propios usuarios para promover este modelo de atención

  •  El estudio demuestra que la toma de decisiones compartidas es factible desde un punto de vista económico y es bien recibida por usuarios y profesionales

La toma de decisiones compartidas es una herramienta imprescindible para conseguir el empoderamiento del paciente y dota de mayor eficiencia al sistema sanitario. Esta es la principal conclusión de la Jornada que ha tenido lugar este jueves en el Parc Sanitari Sant Joan de Déu (PSSJD), en Sant Boi.

El Dr. Sebastià Santaeugènia, gerente del PSSJD, ha asegurado que aplicar la toma de decisiones compartidas es "revolucionario" y, citando al Dr. Víctor Montori, ha explicado que esta práctica "no es solo una técnica clínica, es un acto de resistencia contra la deshumanización de la medicina". Santaeugènia ha abierto así la Jornada de debate.

Durante el acto, se ha dado a conocer el estudio IMA-cRCT que evalúa el impacto y el proceso de implementación de la toma de decisiones compartidas, centrado en la patología cardiovascular y la diabetes en la atención primaria. La investigación liderada por la Dra. Maria Rubio-Valera, del Parc Sanitari Sant Joan de Déu i de l’Institut de Recerca Sant Joan de Déu, en colaboración con el ICS, es el punto de partida para que esta práctica pueda aplicarse en todo el territorio.

Los datos de los que parte la investigación muestran que hasta un 13% de las personas con estas patologías no inician el tratamiento y de las que sí lo comienzan hasta un 60% lo abandonan prematuramente. Estos datos implican elevados costes sanitarios, menos control sobre la enfermedad y mayores pérdidas en la productividad. Para revertir estos parámetros, es imprescindible promover un cambio de paradigma y la implicación del paciente en la toma de decisiones.

IMA-cRCT se dirige a las personas adultas que necesitan un nuevo tratamiento y utiliza la formación de los profesionales, así como herramientas de apoyo a la toma de decisiones compartidas, para ayudarles a decidir. Los resultados demuestran que, a pesar de que la aplicación de IMA-cRCT no impacta en la adherencia, sí reduce la presión arterial y es altamente eficiente en las personas con patología cardiovascular y diabetes. Cualitativamente, cabe destacar que los pacientes viven la experiencia de intervención de forma positiva, se sienten mejor informados y se consideran implicados en las decisiones sobre su salud. Por su parte, los profesionales que han participado en el estudio aseguran que mejora la relación con el paciente.

La toma de decisiones compartidas "puede ayudar a la persona que recibe la prescripción a afrontar mejor el diagnóstico", ha asegurado Maria Rubio-Valera. Es un proceso de colaboración entre profesionales y pacientes para escoger la mejor opción para afrontar la enfermedad. En primer lugar, es necesario identificar qué decidir y dotar al paciente de toda la información, y proponer, también, posibles alternativas al tratamiento, si el contexto lo permite. Es necesario deliberar y analizar los pros y contras de las diferentes posibilidades que puede escoger el paciente, para finalmente tomar una decisión. Esta, una vez implementada, es necesario revisarla periódicamente para valorar su resultado y, en su caso, buscar alternativas.

Esta jornada no podría entenderse sin la participación de un paciente experto como Txema Navarro, que ha compartido la mejora que ha supuesto para su patología poder escoger qué tratamiento debía recibir. En este sentido, Navarro respeta la opción de algunos pacientes que no quieren estar informados, pero para quienes, como él, sí quieren, es necesario poder disponer de espacios para recibir información fidedigna.

Aunque existe la creencia de que el tiempo en consulta es insuficiente, explica Sara-Anna Davies, médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Institut Català de la Salut (ICS), los estudios como el IMA-cRCT demuestran que esto no es así. Davies sugiere que no se concentre todo en una única visita, y que sea en las sucesivas en las que se puedan resolver posibles dudas y tomar decisiones. Por otro lado, cree necesario dedicar tiempo en formación para entender qué es la toma de decisiones compartidas tanto de profesionales como de pacientes.

Es importante conocer la población diana a la que te diriges, asegura el Dr. Miguel Ángel Robles, enfermero clínico y Coordinador de Enfermería del Centre d’Esclerosi Múltiple de Catalunya (CEMCAT) del hospital Vall d'Hebron Barcelona. En su servicio, Robles atiende a una “población alfabetizada, joven, altamente tecnológica, que se hace preguntas como: cuando hablamos de efectividad, ¿de qué estamos hablando?” Por eso propone mejorar las herramientas digitales que ayuden en la toma de decisiones compartidas.

Montse Moharra, coordinadora de Decisiones Compartidas y secretaria de Atención Sanitaria y Participación del departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya ha asegurado que el gobierno promueve diferentes acciones para romper la resistencia del paciente y empoderarlo.

Si la toma de decisiones compartidas es compleja con la población adulta, lo es aún más con la población geriátrica y pediátrica. "Para podernos dirigir específicamente a este sector hay que madurar primero lo que estamos aplicando ahora", ha asegurado Moharra. Para Robles, uno de los retos es también la toma de decisiones compartidas en las personas mayores que envejecen solas, y que cada vez son más.

La jornada ha terminado con un reto compartido: "tenemos que romper con un paternalismo que durante muchos años ha estado dentro del sistema", ha concluido Marga Garcia Canela, responsable del Área de Atención a la Ciudadanía del ICS.

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